Entre 1950 y 1990 (aproximadamente) el capitalismo intentó mostrarse compatible con la democracia. Después, entre 1990 y 2005 (aproximadamente), el capitalismo intentó mostrarse compatible con la sustentabilidad. Pero, a la hora de la verdad, ninguna de esas dos compatibilidades existe. Y en la “salida” de la crisis económica mundial que comenzó en 2007 —y que es en realidad la crisis de nuestra entera civilización— han caído todas las máscaras.
Por eso la cuestión del ecosocialismo —de los ecosocialismos— vuelve a estar hoy sobre la mesa de debate, ¡y con más urgencia que nunca! Esta corriente de pensamiento y praxis habla de democratizar, de desmercantilizar, de regular el metabolismo entre sociedad y naturaleza, de orientar la política hacia el bien común y los bienes comunes.
Para salir con bien de este “Siglo de la Gran Prueba” que estamos atravesando necesitamos un marxismo sin productivismo y un ecologismo sin ilusiones acerca de supuestos “Capitalismos verdes”. Pues sin nuevas «reglas de juego” para la economía y para la relación entre seres humanos y naturaleza, sin cambios radicales en nuestras normas y nuestras conductas orientados a transformar el metabolismo humanidad/biosfera, los objetivos de justicia y sustentabilidad no serán sino cháchara insulsa.
En este libro la propuesta es explorar las posibilidades y repercusiones de una actuación humana que firme y radicalmente se oriente por tres principios: en ética, principio de autocontención; en política, principio de democracia; en tecnología y economía, principio de biomímesis. Todo ello se sitúa bajo la orientación sociopolítica más amplia del ecosocialismo.