El presente estudio explora y recupera los sentidos ligados a la calidad educativa generados por las diversas políticas, planes, programas y proyectos de “escuelas de calidad”, emprendidos en las últimas décadas en Ecuador.
A partir de este relevamiento empírico, se trazan puntos de contacto con los debates teórico-conceptuales para demostrar la tendencia a reforzar una idea asociada tanto a la rendición de cuentas, el control y la evaluación de resultados, como a una mayor adecuación de los centros educativos a las necesidades del contexto. Dicha tendencia ha involucrado una serie de transmutaciones que suelen pasar desapercibidas: en la lógica organizacional de los establecimientos, que adquiere una inusitada centralidad; en los factores pedagógicos de la enseñanza y las prácticas docentes que siguen quedando minimizadas; y en una redefinición profunda de la relación entre sistema educativo, escuela, comunidad y mercado. Desde aquí se vislumbran aportes, contradicciones y vacíos para construir una noción de calidad educativa asociada al Buen Vivir.
En momentos en que es fundamental reinstalar la reflexión sobre la calidad educativa y animar a los actores del campo a asumir el gran desafío de discutir los viejos conceptos —acuñados para otros contextos y otras condiciones históricas y políticas—, esta investigación resulta una contribución necesaria. Se trata de abrir las puertas a nuevos sentidos formulados bajo los actuales marcos constitucional